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Aprendí de mi madre la magia de una sonrisa.

Sonreir es gratis y hace sentir bien tanto al que sonríe como al que recibe esa sonrisa. No hay nada más reconfortante para una persona que recibir una sonrisa de la persona a la que ama, de sus hijos, de sus amigos, de sus clientes, de sus proveedores, de sus maestros o de sus alumnos, de su jefe o de sus empleados.

Se sonríe con la boca, con los labios, se sonríe con los ojos, pero sobre todo se sonríe con el corazón.

Una sonrisa puede abrir muchas más puertas que el dinero, un buen discurso o una buena presencia física. Desde luego que todo es importante y no hay que descuidar nada, pero la sonrisa es gratis, y regalar una sonrisa alguien es como decirle que le reconoces (a él y lo que hace), que  le respetas, que le entiendes, que le amas, que le perdonas, que confías en él, etc.

Y al final en la vida privada sabemos que lo que deseamos es sentirnos queridos pero en el mundo de los negocios también necesitamos saber que se nos entiende, se nos respeta, se cree y se confía en nosotros.

Entonces te invito a que durante un día sonrías en cada oportunidad que tengas y compartas tu experiencia conmigo ¿ te apetece hacer esta prueba?